La situación política, económica y social por
la que atraviesa Venezuela, sin duda alguna resulta crucial, más que para el
gobierno, para las generaciones por venir.
Ciertamente, parte de la población, siguiendo
la orientación de la Mesa de la unidad Democrática (MUD), hemos visto como una
salida constitucional, política, democrática y electoral, la invocación del
Referendo Revocatorio (RR), que consiste en la evaluación de la gestión del
gobierno.
Ahora bien, la convocatoria al RR, se activa
mediante la solicitud del 20% del padrón electoral, para lo que posteriormente
se convoca al 100% del electorado para que, mediante votación, decidan si el
actual mandatario, continua o no en el ejercicio de su mandato.
En caso de ser revocado, tocaría a las autoridades
electorales (CNE) en un lapso de 30 días citar a los venezolanos para que elijan,
entre diversas opciones, quién sería el nuevo presidente a quien correspondería
culminar el mandato hasta el 2018, para lo que se podría postular algún
representante de las fuerzas políticas que actualmente conforman el gobierno
nacional.
Suponiendo que el candidato del gobierno no
gane estas nuevas elecciones, aún tienen oportunidad de postular a ese mismo
candidato, o a otro, para el nuevo período de gobierno en el año 2018. De ahí
la interrogante con la que encabezo este artículo: ¿Cuál es el miedo?
En días recientes, los venezolanos y el mundo
en general, ha podido apreciar un número importante de concentraciones en la geografía
convocadas por representantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV),
en la que además de arengar a las masas, vociferan tener la mayoría del apoyo
popular, lo que de ser así, llegado el RR, no se concretaría el desautorizar
del mandato del presidente, pero aun siendo ello posible, los representantes
del PSUV, no dejan de ser gobierno, pues aún mantienen un importante número de
gobernaciones que deberán ser renovados en las elecciones que se deben convocar
para el mes de diciembre próximo.
Sin embargo, la cuestión todavía no queda
despejada, por lo que este escribidor descifra que el miedo, además de haber
perdido el apoyo del pueblo venezolano, igualmente perderán las prebendas
gubernamentales y hasta deberán rendir cuenta por una serie de desaguisados que
han cometido a través de la función del gobierno, con lo cual si se
justificaría, aunque no es algo nuevo pero si exacerbado, las formas de
amedrentar, perseguir y hasta encarcelar a quienes manifestamos nuestra
decisión de revocarlos, incluyendo a quienes, en otrora, por ellos votaron.
Pero ese miedo a perder el ejercicio del
gobierno, les traerá, producto de sus desafueros y amenazas, más degradación
política, pues se habrán de tardar mucho en recuperar posiciones de gobierno al
haber desperdiciado y degradado su capital político, aquel que a tantos
venezolanos convocó para construir una nueva sociedad que no fueron capaces de erigir
a pesar de los ingentes ingresos petroleros y que derrocharon en medio de tanta
corrupción.
@OrestesSalerno
Un libre pensador
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