A pesar de la voces agoreras de desastre, que
sin duda en muchos casos evitaron a través de la denuncia ciertas aberraciones,
los venezolanos nos expresamos y esa expresión, sin duda, debe entenderse como
una manifestación de cambio que incluye al mismo tiempo, una insatisfacción por
el estado actual y contiene una esperanza por un futuro mejor que todos juntos
debemos construir.
Sin embargo, estos resultados electorales
imponen, a todos, un aprendizaje que pasa por reconocer lo que no se debe hacer
y lo que si, además de revelar un alto grado de madurez política de nuestro
país.
Así las cosas, entre lo que debemos aprender
para no volver a errar, se incluye lo atinente a sembrar la diferencia entre
los venezolanos, que los amores no se compran, sino que se alquilan, que la
agresión y la descalificación no es la vía para ganar adeptos como tampoco la
mentira, aunque se repitan miles de veces, que no lo sabemos todos y que este
país es de todos y no de una persona o parcialidad. Además de entender, que un
sistema democrático incluye la alternabilidad y que cada poder, en ese sistema,
tiene su rol.
Si algo es necesario tener presente, es que
parte del cambio exigido por Venezuela el 6D, contiene la reconciliación y el
dialogo, que a todos nos conviene y que requerimos ser un país productivo,
seguro, prospero, en el que todos tengamos las misma oportunidades y
posibilidades (deberes y derechos)..
La reconciliación de la que hablo, no implica
en nada impunidad, error que marco el rumbo hacia la corruptela en 1999 y los
años subsiguientes. De lo que hablo, es de la necesidad de marcar la diferencia
con aquello que criticamos, y en ello está la necesidad de erradicar la persecución
por ideas políticas, aprender a convivir entre nosotros, a entender que alguien
puede pensar diferente a mí, y no por ello es mi enemigo.
Claro que los nuevos integrantes del
parlamento, deben asumir de manera íntegra las funciones que le asigna la
Constitución y que toca a todos los venezolanos el vigilar por su cabal labor.
No pueden creer los nuevos parlamentarios, que tienen a dios agarrado por la
chiva, como reza el dicho popular, sino que por el contrario, deben esmerarse
por hacer el mejor de los papeles teniendo como norte los más sagrados intereses
de los venezolanos todos, lo que pasa por la re-institucionalización del estado
y su relación con nuestros vecinos.
No creo que sea la primera vez que gana la
oposición, sólo que en esta oportunidad resultó abrumadora, lo que en ningún caso
resulta, en un cheque en blanco que le damos, sino que este mandato debe ser
tenido contra inventario y no olvidar, aunque se tengan muchos votos a favor,
que muchos fueron el voto castigo a una mala gestión, que seguramente no será huérfana.
Dios nos ilumine a todos, nos permita usar la
razón, guiar nuestros pensamientos, orientar nuestras palabras y acomodar
nuestras actuaciones.
@OrestesSalerno
Siempre. Un libre pensador
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