¡SEGURO!
Desde hace varios días me he
propuesto realizar esos ejercicios que tanto me sirven para drenar, es decir,
escribir, lo que claro no tiene una incidencia directa, o lo que es lo mismo,
que alguien se detenga a leer lo que escriba y menos a manifestar simpatía o
crítica alguna. Cosa que no aspiro, aunque debo confesar que es agradable saber
que alguien lo leyó.
Sobre los temas a reflexionar, son
varios aunque coinciden en lo atinente a la desgracia económica que nos toca
vivir, y que cada día más, parece empeorar. Es así como hoy me dedico respecto
de los resultados de la II Convención Colectiva Única de los universitarios,
que visualizo en mi intimidad, como un gran fraude al gestarse desde una
supuesta unidad inter-gremial que más allá de incluir las diversas
organizaciones de los docentes, estaría compuesta por los trabajadores, comprendido
el personal de apoyo y administrativo, trampa en la que se escapó el magisterio
venezolano, a quienes en mayo dieron en justeza un aumento del 50% y ahora en
la discusión de su contrato lo hacen con base a 2,5 salarios mínimos y de
manera independiente, es decir sin la inter-gremial.
Lo planteo como un fraude, por su
resulta respecto de lo convenido de la asignación salarial, pues al no llegarse
a cumplir las expectativas o justas aspiraciones de todos los gremios, se
convino por mayoría, aceptar la propuesta salarial del ministerio, que de
antemano la novísima e irrita Federación de Trabajadores Universitarios de Venezuela
(FTUV) había anunciado con bombos y platillos, el crédito adicional aprobado
por el ejecutivo nacional para tales fines, lo que se concreto con un desigual
aumento entre trabajadores, lo mismo que al trastocar las tablas salariales,
que muestran una situación irregular respecto de docentes y muchas otras
barrabasadas más, sin importar dispositivos legales y constitucionales.
Antes de proseguir, estimo necesario
el dejar claro los legítimos intereses de administrativos y obreros en aceptar
la propuesta, lo que lamento es que no se dio trato igual a los docentes
universitarios.
Entre los argumentos que se
pretenden esgrimir, desde el gobierno y su federación afecta, léase FUTV, se
incluye lo justo de estos salarios, como si al recibir aumentos superiores no
lo fueran, además de argüir a manera
justificadora la caída de los precios petroleros y por supuesto, la guerra
económica, que dicho sea de paso, aunque parece un boxeo de sombra, la estamos
perdiendo y por mucho.
Con tales argumentos se nos pide
hacer un sacrificio, sacrificio que no se aprecia desde la alta jerarquía
gubernamental, que de haber sido así, ya habrían procedido a reducir sus
asignaciones o emolumentos el presidente, ministros y viceministros, que los
hay en demasía, reducido el bono alimenticio los magistrados del TSJ,
verdaderamente combatido la corrupción y reducido los gastos suntuarios, asunto
antes anunciado aunque sin ningún resultado, pero como si fuera poco, divulgan
como una gran victoria, la donación de 5
millones de $ para la siembra de arroz en África, no en Venezuela, lo mismo que
la donación de 300 casas en Dominica y por si fuera poco la compra de 12
Sukhoi, además de la importación de
cualquier cosa, pues: ¡No importa lo que se importe, lo que importa es que se
importe!
Tales tesis con las que pretenden
convencer a los trabajadores universitarios en relación a los aumentos pactados,
parcialmente, son presentados por personeros ministeriales y no por la
representación sindical que suscribió los mismos y que además no procuró, y
parece que tampoco consideró, el aumento de beneficios como el bono vacacional,
el de fin de año, la prima doctoral, y las que fueron consideradas sólo
aumentaran para este año (2015) sin tener en cuenta incremento alguno para el
año 2016, a pesar que la IICC tiene una vigencia de 2 años.
En la exposición que de la IICC hace
el patrono y no los gremios docentes a quienes financiamos los profesores
universitarios, se enfatiza en la cuantía de los retroactivos a percibir y el
cronograma de pago, que debido a lo paupérrimo de los ingresos actuales
padecemos, como dicen los pavos viejos, son una Boloña, de ahí que muchos se
preguntaban en su desesperación: ¿Cuándo será el pago? ¿Cuánto me tocará? y
¿Cuánto le corresponde a un profesor de tal o cual categoría y esta dedicación?
Todas interrogantes validas que reflejan el nivel de desespero y sobrevivencia
actual.
Lo anterior lo ilustra un gran amigo
con la imagen de la zanahoria y el mazo, es decir, estamos pendientes del
dinero que nos pagaran y por detrás nos castigan o lo harán en breve tiempo.
Ninguno de quienes asistimos por lo menos a la asamblea del CULTCA-UPTAMCA (24
de sept. 2015), nos detuvimos a considerar sobre las condiciones de trabajo, la
dotación y otros elementos claves para el desarrollo de nuestra labor básica.
En fin, el padecimiento actual nos nubla la mirada y hasta el entendimiento y
creemos que “la bonanza por venir en los meses siguientes” se mantendrá en el
tiempo (2016).
Sin embargo, en enero próximo
habremos de ser impactados por nuestra triste realidad cuando lo poco que
ganaremos no nos permitirá satisfacer nuestras necesidades más elementales, y
que en nada reconoce nuestra preparación, experiencia, dedicación e importante
labor, que cuando se compara con otras profesiones debemos entender que son
otras las prioridades del gobierno, como el caso de los militares que año a año
reciben aumentos que rondan el 40%, lo mismo que ciertos cuerpos de seguridad.
Este año se encuentra signado por un
proceso electoral que no estará en la agenda del 2016, lo que permite inferir,
de acuerdo a la experiencia, que el trato para el próximo ejercicio fiscal, a
la luz de todos los pronósticos económicos será aún peor, aunque muy
probablemente el gasto en armamentismo aumente sin que ello elimine males como
la inseguridad. Lo único cierto hasta ahora para el venidero año, visto la
IICC, es el incremento en la cláusula por hijos especiales, el cesta ticket por
efecto de la UT y el aumento para septiembre del 20%, pues aunque se incluyó
una disposición de contingencia para activarse en el mes de abril, ello no
implica que será así y el ejemplo lo tendremos los próximos días cuando
seguramente aumentará, visto el panorama electoral, el salario mínimo, sin que
ello conlleve un ajuste en las tablas salariales de los universitarios, lo que
se aspiraba contemplar en este acuerdo colectivo.
Así las cosas, son varias las
conclusiones a las que podemos llegar:
1º La crisis económica impactará en
primera instancia y de manera virulenta a los trabajadores.
2º El gobierno pide sacrificios que
ellos no están dispuestos a asumir.
3º No se aprecia propuesta alguna
que permita atender verdaderamente la crisis económica actual, sino que por el
contrario, todo parece indicar que se agudizará.
4º La educación universitaria no es
parte de la prioridad del ejecutivo, aunque los militares y otros cuerpos de
seguridad, no todos, si.
5º La dirigencia sindical
universitaria, o quienes se abrogan tal carácter (FUTV), sin ser electos, no
defendieron, ni defenderán, las más legitimas aspiraciones de sus agremiados y lo
peor es que no son capaces de asumir su responsabilidad.
Y qué podría recomendarse. Pues
bien, si tiene un ingreso extra por actividad paralela como repostería, compra-venta
de algún producto, pirateando como taxista u otro, no lo deje creyendo en este
trimestre que queda, ya resolvió sus problemas económicos, porque en enero, la
vaina será peor.
En fin, esto es pan pa´ hoy y hambre
pa´ mañana y somos sólo nosotros, los trabajadores, los que podemos cambiar
esta triste realidad, debiendo empezar en el caso del CULTCA-UPTAMCA, sin
mezquindad alguna, por nuestras organizaciones de base además de participar en
el proceso de transformación de nuestra institución.
Posdata. Sabía que el contrato colectivo
actual, vencido y por iniciarse una nueva discusión, de la industria petrolera,
contempla un bono de alimentación que supera por creces su quincena, incluido
el aumento de junio como trabajador universitario. Claro que ello quizás sea un
acto de justeza, la pregunta sería por qué no es igual para el caso de los
universitarios.
Otra vez yo.
@OrestesSalerno
Un libre pensador
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