Que no
nos atrape la red
Sin duda que lo vivido en la
noche del 20 y amanecer del 21 de abril en las redes sociales, marcó un hito en
la cotidianidad de muchos venezolanos, además de generar enormes expectativas
en quienes aspiramos, como un derecho y hasta como un deber, un cambio en la
conducción política de nuestro país.
Entre nosotros, los
opositores, hay de todo, pero quienes con justas razones criticamos al gobierno
por su verbo enardecido y soez, su violencia, inobservancia de las leyes y los
principios más básicos de civilidad, contra la corrupción y muchas atrocidades
más, no podemos emplear sus mismos medios e instrumentos, y por el contrario, debemos
insistir en la disputa pacífica, democrática, electoral y constitucional, que
aunque nos ha resultado en un camino tortuoso, es el camino para re-institucionalizar
el país.
Nuestro reclamo versa por el
reconocimiento, no de los diputados electos, sino por nuestra manifestación voluntad
al elegirlos a ellos, por la debida separación de los poderes públicos y en
contra del golpe continuado de parte del ejecutivo por intermedio del TSJ y el
CNE, por la celebración de las elecciones a gobernadores cuyos periodos
constitucionales están vencidos, y próximamente de alcaldes, la apertura del
canal humanitario, la liberación de los presos políticos, además de realizar
las debidas investigaciones de tantos casos de corrupción.
Para quien esto escribe, los
magistrados del TSJ deben ser destituidos por romper el hilo constitucional, no
pudiendo argumentar razón alguna -ignorancia u otra-, así como a los rectores
del CNE que igualmente violan la constitución al no hacer el debido llamado a
elecciones, sino que, por el contrario, emplean las más viles argucias para
retardar cualquier consulta.
Sin duda, que nos enfrentamos
a un régimen que habrá de emplear todos los medios posibles para entronizarse
en el poder, no para servir, sino para servirse de él, sin dar cuenta de los
malos manejos que del erario público han hecho.
Lo que no podemos hacer,
quienes estamos del lado correcto de la historia, es entrar en estado de
desesperación y creer en soluciones mágicas e inmediatista, creer que, en un
mensaje de texto o un audio, ya termino este gobierno, dejarnos confundir con
tantos mensajes cuya intención no es otra que la de confundir y frustrarnos,
para luego llevarnos a la desesperanza.
Ya el liderazgo opositor nos
ha destacado de lo mucho que se atreverán quienes, por ahora, detentan el poder
abusando de nuestros recursos, y para muestra de ello, las múltiples amenazas
que de todo calibre nos han proferido.
Dado el blackout informativo, además del silencio cómplice -traición social-
de muchos medios de comunicación, las redes sociales son una alternativa válida
para mantenernos informados, para lo cual, debemos estar muy atentos a los
intentos del gobierno y sus personeros, en desinformar. De manera que, resulta
crucial seleccionar nuestras fuentes, verificar la información recibida antes
de compartirla, y de ser posible, hasta denunciar a quienes pretenden
confundir.
Lo que sí, no nos está
permitido, es claudicar ante las pretensiones hegemónicas de este desgobierno
que sin duda nos lleva por el peor de los derroteros, recordando en todo
momento, que nuestras aspiraciones son y tienen que seguir siendo pacífica,
democrática, electoral y constitucional, además de rechazar todo acto
vandálico.
Así que, a seguir empleando
nuestras redes sociales para informar de manera veraz, aunque es prudente
recordar que no puede ser la única trinchera a emplear.
Un libre pensador
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