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sábado, 18 de febrero de 2017

El ejercicio de la ciudadanía y II

Hoy me dedico a escribir, nuevamente y como continuación de escrito previo -El ejercicio de la ciudadanía-, venezolana, centrándome inicialmente en los deberes y derechos que poseemos, para seguidamente divergir a la luz de la realidad nacional, apoyándome en ella misma y otras consideraciones anónimas y de Axel Capriles, todo lo cual espero tribute al debate y consecuentemente al despertar de la ciudadanía criolla, la creadora de valores que nos enaltezcan como sociedad.

Como deber -tener que u obligación-, todos los venezolanos estamos compelidos a: defender la patria, sumisión a la constitución y las leyes, al mantenimiento de los gastos públicos, prestar el servicio militar y el deber de trabajar, además de ser solidarios y otras virtudes más.

En contravía y como derechos, la carta magna nos reconoce los derechos: civiles, políticos, económicos, culturales y educativos, los sociales y de familia, a la seguridad social y al trabajo, al ambiente, así como los de los pueblos indígenas, además de darle rango constitucional a la declaración de los Derechos Humanos.

Ahora bien, en cuanto al cumplimiento de los deberes, en caso de su inobservancia, nos convertimos en punibles, pues ello constituye un delito, cumpliendo, como parte de la cotidianidad, con el sostenimiento del gasto público, que materialismos a diario mediante el pago del IVA al realizar cualquier compra.

En el caso de los derechos, además de conocerlos, debemos igualmente exigir su observancia, lo cual toca al gobierno y sus instituciones, pero no le podemos dejar todo el esfuerzo a ellos.

En uno de los pasajes del Art.: Consideraciones sobre la gestión pública y la sociedad venezolana Situación actual y consecuencias, dibujaba lo que para mí, es el país que, como dijo el otro, por ahora, tenemos, lo que resulta en parte de una complicidad social implícita, donde la mayoría concedemos a una minoría, la capacidad para actuar en nombre de todos cuando nos subordinamos, y con ello igualmente le enviamos un mensaje a esa inferioridad que ellos asumen y emplean como superioridad con nuestra anuencia. Así, parafraseando a Axel Capriles desde Estamos en una sociedad desvergonzada, justificamos y retro-actuamos entre el gobierno y los venezolanos. De manera que, tenemos el gobierno fruto de nuestra propia realidad, de donde emerge.

En nuestra irresponsabilidad colectiva, de manera recurrente, además de buscar siempre al responsable de nuestra desgracia, estamos en la exploración del mecías, lo que pretendí explicar en el Art. Hacerse el bolsa nunca ha sido la solución, donde expongo, lo que creo fueron las razones por las cuales resultaron reelectos Carlos Andrés Pérez y luego Rafael Caldera, siendo, en el caso de Hugo Chávez, la opción cuando como sociedad estimamos que ya los partidos políticos no eran la solución y estimamos que tocaba a los militares, rememorando los tiempo del dictador Marcos Pérez Jiménez, de quien se mantuvo en la conciencia colectiva del venezolano, la mano dura contra la delincuencia y la corrupción. indicando Capriles: "[…] tenemos un apego al pasado […]".

¿Qué nos pasó? Al respecto el mismo Capriles indica que la riqueza petrolera "[…] nos permitió comprar civilización, desarrollo social en muy poco tiempo, sin realmente haber llevado a cabo un proceso de evolución de la conciencia […] pasamos a ser unos grandes consumidores […]".

Y eso fue tal, que en la medida que la economía se contrajo y el gobierno inicio un proceso, que no dudo en denominar como denigrante, de ajustes, acudimos a lo que Capriles  designa como el arquetipo de la sociedad, -la viveza criolla-, aludiendo a una capacidad de adaptación, lo que en material anónimo recibido por las redes sociales, se indica que el gobierno ha fomentado mediante: "[…] el golilleo, el oportunismo, el raspa cupo, el matraqueo, el buhonerismo, el bachaqueo, el malandreo, el rebusque, la mendicidad, el clientelismo, el sapeo, la corrupción, el trueque y la trampa como modos de vida […] el hombre nuevo […]".

¿y qué está pasando con nuestros derechos? La prensa y las redes sociales, no del gobierno, nos relatan un país en la miseria que se manifiesta en la corrupción, en los altos índices de inseguridad, escasez de alimentos y medicinas -perdida del derecho a la vida-, restricciones a la libertad de expresión, omisión al llamado a elecciones y revocatorio que coactan el derecho de elegir y ser elegido, participación en los asuntos públicos y obstáculos en la posibilidad de asociarnos con fines políticos -violación a los derechos políticos-, expropiaciones y persecución a empresas y consecuentemente perdida de fuentes de empleo, además de una inflación galopante -resquebrajamiento de los derechos económicos- y, pare usted de contar.

En artículo previo -El ejercicio de la ciudadanía-, aunque me concentre en la rendición de cuenta, toque fugazmente el inmiscuirnos en la vida política, civil y comunitaria, indicándome mi amigo Richard Rodríguez, entre otros asuntos, que nos toca: " […] La participación activa en la construcción del destino de la sociedad abarca desde el desempeño de cargos públicos, el emprendimiento privado. La participación en las diferentes organizaciones políticas o sociales […]".

Lo apuntado por mi amigo, sin duda que incluye parte de la respuesta sobre ¿qué hacer?, lo que procuro profundizar indicando que resulta necesario acabar con la pasividad y el silencio cómplice, encaminar mecanismos e instancias de manifestar nuestras calamidades y exigir respuestas efectivas y eficientes, entender que la realidad no cambia por sí sola, que somos nosotros la que podemos cambiarla, procurar la re-institucionalidad del país y su posterior valoración. Destacar las virtudes civiles por encima de las militares, sentirnos orgullosos como apunta el mismo Capriles, por lo que hacemos más por lo que por los que nos vino dado por la creación -riquezas, bellezas naturales clima ideal y más-, abandonar el individualismo, como forma de supervivencia y asumir el esfuerzo colectivo, elegir a los mejores por su preparación y no por sus ofrecimientos banales y acompañarlos en su gestión, pues es la gestión de todos.

Lo anterior, requiere de re-valorizarnos como sociedad, teniendo como valere esenciales la educación y el trabajo a modo de fórmula de ascenso social, para dejar de ser receptores de dadivas con las que nos quieren chantajear y someter y a lo que contribuimos cuando nos acostúmbranos a estirar la mano para recibir mendrugos -exempli gratia: el carnet de la patria-, asunto antes atendido en Educación y más educación. Trabajo y más trabajo.

¿Dónde materializar lo referido al hacer -crear, formar-? En cada uno de los espacios en los que compartimos, con la familia y especialmente con los hijos, amigos y allegados, en espacios académicos, en las redes sociales, evitando repetir los que otros digan, aunque lo coreen y hasta griten, empleando nuestra capacidad de discernimiento, oponiéndonos a las injusticias. En fin, dejar de ser vasallos y asumir nuestra posición de ciudadanos activos y comprometidos que nuestro país y su futuro.


Un libre pensador

2 comentarios:

  1. Existe la posibilidad que lo plasmado en su escrito se pueda llevar a cabo, el detalle esta en que verdaderamente la mayoría trabaje para conseguirlo, como bien usted menciona se acostumbro a la ciudadanía a lo fácil, a lo regalado, al buscar la manera de sacarle provecho a la equis cantidad de beneficios por así llamarlos que ofrece el gobierno sin nada a cambio, y que lamentablemente quienes los oponen llevan un pensamiento similar, claro esta, como venezolanos esta de nuestra parte aportar ideas, participar mas activamente para buscar la manera de cambiar ese tipo de pensamientos, y lograr garantizarnos una buena calidad de vida, basándonos primordialmente en la educación y en el trabajo.

    Reice Prato V-16.889.310
    Sección 10P

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