Recibe mis actualizaciones en tu correo

miércoles, 14 de septiembre de 2016

La inmediatez del venezolano

Aunque hacer generalizaciones siempre ha sido reprochado, por ser un juicio de valor, la inmediatez de los venezolanos parece ser una cuestión de cultura, pues nuestra conducta, para resolver necesidades de todo tipo, sea consciente o inconsciente, este marcado por aquello que esperamos suceda enseguida.
Quizás se podría llegar a indicar que la inmediatez esta en nuestros genes y que por tanto ha sido parte de nuestra historia, de nuestro presente, y quizás, lo más preocupante, parte de nuestro futuro, al menos en lo inmediato.
Para destacar lo correspondiente a nuestra creencia individual, nos resulta fácil el buscar algún amigo o contacto que nos ayude a resolver un trámite y en oportunidades hay quienes hasta lo ofrecen sin que se les pida tal auxilio.
Como país, hemos aprovechado las riquezas que nos ha brindado la naturaleza y con las cuales hemos alcanzado períodos de abundancia, que lamentablemente nos hemos aprendido, o no queremos aprender, a aprovechar, lo cual podemos resumir con "La siembra del petróleo".
La manifestación de la inmediatez, como país, lo podemos apreciar en la inexistencia, incomprensión, e inclusive, en la aplicación de planes de largo aliento que nos peritan avizorar y definir la Venezuela que deseamos construir para el 2050. Lo anterior pudiera ser corroborado al consultar a los líderes originarios sobre el destino a construir, por lo que resulta difícil compartir una visión de futuro que genere un compromiso.
La actual crisis económica por la que atravesamos los venezolanos, patenta lo antes indicado cuando desde las esferas del gobierno lo que se aspira como fórmula para superar este estado calamitoso que a diario vivimos, sea el aumento de los precios petroleros, o el aprovechamiento de las reservas gasíferas o las riquezas del arco minero, pues impera el sentido de la inmediatez, un hecho puntual, que nos saque de este abismo.
De igual forma ocurre entre muchos de quienes, ejerciendo nuestro derecho político y constitucional, esperan un cambio de gobierno de inmediato, como si de pasar un suiche se tratase, lo que se registra en acontecimientos puntuales conforme a los cuales se escuchan expresiones como: ahora sí, sin que se concrete ese cambio esperado lo que nos lleva de la ilusión a la desilusión.
Aunque la situación apremiante pueda justificar esa aspiración, la decepción nos lleva a ideas, reacciones y hasta propuestas, que pretenden una salida por medio de la fuerza -golpe- sin contar con los medios, recursos y el número de participantes o involucrados para tal aventura, al tiempo de hasta llegar a criticar a quienes les dimo, electoralmente, sin que sea un cheque en blanco, nuestra representación y vocería.
Es tal el sentido de inmediatez de quienes sugieren y hasta esperan este tipo de salida abrupta, que no se pasean por las posibles consecuencias que tales acciones aventureras pueden traernos a todos, pasando por la des-legitimización del liderazgo, ruptura del sistema democrático en el que cobijamos el derecho a decidir el destino del país y hasta una guerra civil que todos sabemos cuándo empezará y no cuándo terminará.
Al ser una situación compleja, de la que no tenemos conocimiento de todas las variables, son varias las opciones disponibles que tenemos, entre la que se incluye la confianza en el liderazgo y entender que el dialogo, siempre deberá ser parte de la solución, antes o después de los muertos.

Un libre pensador 
igualmente publicado en Globedia. Disponible en: La inmediatez del venezolano

No hay comentarios:

Publicar un comentario