Según pude confirmar, este dicho popular,
proviene del actual pueblo de Israel y se trata de un ritual sobre dos machos cabríos,
uno de los cuales era sacrificado para expiar los pecados, en tanto que otro
cargaba con todas las culpas del pueblo judío, y en consecuencia, era enviado a
Azazel (demonio), al desierto.
En los tiempos
que corren en Venezuela, parece que empezarán a salir, o a buscar los chivos
expiatorios a quienes se les indilgarán las culpas de tan calamitosa situación
en la que nos encontramos los venezolanos, sobre todo en esta época de vacas
flacas.
Pero el chivo
expiatorio, por estos lares, es tomado como el tonto a quien le echaran las
culpas de tantas desdichas, y en ese caso, podría incluirse a instituciones
enteras, envolviendo las que en otrora llegaron a gozar del reconocimiento de
la sociedad, como el caso de los militares.
Aunque por acá
se acostumbran indicar que la mayoría es honesta, asunto de tontos desde mi
perspectiva, cuando esos pocos laceran a la mayoría, no parece ser el caso de
los de uniforme, a quienes tildaron como pueblo en armas, y es que ellos
sirvieron en principio, y parece que, hasta el fin, uno de los soportes de un
gobierno nefasto, corrupto y cargado de toda tropelía.
Los militares al
principio del gobierno de Hugo Chávez, sin estar preparado para ello, coparon,
sino todas, la mayoría o muchas de las posiciones claves en la administración
pública -ministerios, institutos autónomos y empresas del estado- y aún lo siguen haciendo, como el caso de las
empresas petroleras o la gestión del arco minero, la administración
-producción, distribución y comercialización- de comida y medicinas que no hay,
sin querer darse cuenta que serán ellos, la institución, el chivo expiatorio, a
quienes cargarán las culpas de tantas desgracias.
Lastimosamente,
han sido acusados de violadores de derechos humanos, corruptos y hasta de
narcotraficantes, con lo cual se han hecho merecedores del repudio mayoritario
de los venezolanos, lo que está recogido en las más variopintas encuestas.
A pesar que el
presidente Maduro, como otros anuncios que no cumplió, había ordenado que todos
los militares que se encontraban en la administración pública deberían volver a
los cuarteles, lo que repitió el ministro de la defensa, ello no fue posible y
aún siguen cumpliendo labores para las cuales no están preparados, de ahí que,
resulta crucial a la oficialidad de la FAN, reconsiderar su rol en estos tiempos,
so pena de resultar, los chivo expiatorios, no pudiendo alegar, en su defensa, el
cumplir órdenes superiores.
@OrestesSalerno
Un libre
pensado
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