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sábado, 28 de mayo de 2016

RAFAEL SIMÓN JIMÉNEZ - Tiempo de verdades.





RAFAEL SIMÓN
JNIMÉNEZ

Tiempo de verdades
Tal me pareció de pertinente el mensaje de Rafael Simón Jiménez, contenido en su columna Tiempos de verdades, aparecido ayer –viernes 27 de mayo-, en el diario El Nuevo País –Pág. 4 que lo transcribo integro, aunque sin su autorización, para que le llegue a los honestos pensadores de la izquierda, a quienes pusieron su fe y empeño en lo que se dio en llamar la Revolución Bolivariana del Siglo XXI



En los sectores civiles y militares, vinculados al denominado "El Chavismo Histórico", hay una preocupación cada vez más activa sobre la capacidad de la cúpula gobernante no solo para destruir Venezuela, arruinar su economía, poner a pasar hambre a su población, sino para demoler las bases del proyecto político y social que permitió el arraigo y predominio del liderazgo del fallecido mandatario.
Para quienes desde los cuartele primero, y más tarde desde la calle, secundaron los planteamiento reivindicadores de Chávez, frente a la decadencia y colapso de la denominada IV República, tiene que ser motivo de angustia que el actual Régimen en sus actuaciones, sea la negación de los postulados originarios que los motivaron. La denuncia de la pobreza, la corrupción, represión y la entrega del país, voceadas por los seguidores de Chávez, en la década de los noventa, son ahora el pan de cada día, agravados por un cogollo que gobierna contra la gente.
Poner a pasar hambre y necesidad al pueblo, pero especialmente a los más pobres. Ser insensibles e indiferentes a los padecimientos extremos de la gente incluyendo a grupos vulnerables de niños, madres y ancianos. Apelar a la represión selectiva e indiscriminada para mantenerse en el poder. Saquear impunemente los fondos públicos y negarse obstinadamente, incluso al precio de llevar al país a una tragedia colectiva, a permitir que la soberanía popular se exprese, son conductas que niegan y contradicen las predicas sobre las que se cimentó la extraordinaria implantación social del chavismo.
Para quienes de buena fe creyeron en Chávez, y si aún son fíeles a "su patrimonio y legado" es harto difícil permanecer callados e indiferentes a las arbitrariedades, disparates y desmesuras de quienes en mala hora heredaron el poder. Para ellos, que no solo comparten las extremas necesidades a que están sometidos los venezolanos, sino que ven destruir ese portentoso movimiento popular que lideró Chávez, es un imperativo de conciencia actuar y denunciar la traición de quienes aferrados a las riquezas y privilegios del Gobierno, les importa un pito acabar con Venezuela y el chavismo.
Traidores no son quienes desde la fidelidad al liderazgo y pensamiento de Chávez lo acompañaron desde la primera hora en su prédica en los cuarteles y más tarde en la construcción de su formidable liderazgo social. Traidores son quienes aferrados al poder con el propósito de terminar de "raspar la olla" son indiferentes al padecimiento de la gente, y se niegan –aun a costa de liquidar su propio partido- a permitir que el pueblo decida con su voto el destino de Venezuela.
@OrestesSalerno

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