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domingo, 3 de abril de 2016

HACERSE EL BOLSA, NUNCA HA SIDO LA SOLUCIÓN


Estimado Carlos Raúl Hernández, luego de leer, como todos los domingos, su columna en el diario El Universal, titulada: Misterios vergonzosos, no pude evitar la necesidad de escribirle al respecto.
No disiento de lo por usted expuesto, pero desde mi óptica, me parece que se queda corto, y como he venido exigiéndole a este gobierno, es necesario asumir responsabilidades, y creo que durante los años de democracia fueron muchos los errores que nos trajeron hasta esta desgracia que hoy vivimos.
Entre las grandes falencias de la era democrática, ubico el no desmontar el mito según el cual, en la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, se podía dormir con las puertas abiertas, dado el alto nivel de seguridad, asunto que más adelante concatenaré. Además de este garrafal error, la corrupción y otros males fueron haciendo mella en la sociedad venezolana, aunado a la ineficiencia de la burocracia venezolana.
Entre los peores males que germinó como parte de nuestra cotidianidad, fue el procurar mecías que vinieran a solucionar nuestros males, males que recurrentemente procuramos echarles la culpa a otros y nunca entender  que somos responsables de nuestro destino.
Por fenómenos como esos, fue reelecto Carlos Andrés Pérez y luego Rafael Caldera, justamente rememorando viejas épocas de porvenir que creímos que al elegirlos nuevamente, volverían tiempos pasados que nunca volverán.
Es así, que luego del desprestigio de las instituciones y con ellas de los partidos políticos, elegimos, aunque nunca vote ni votaría por Chávez y menos por Maduro, elegimos a un militar con la esperanza de encontrar mayor seguridad y acabar con la corrupción. Lamentablemente nos volvimos a equivocar, pero como encabece estas breves líneas, hacerse el bolsa, nunca ha sido la solución.
Ojalá aprendamos la lección, aprendamos a elegir y aprendamos que la solución no está en otros, sino entre nosotros mismos.

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