¡Ya no es un llamado!
Me
veo en la necesidad personal, y quizás de otros más, de manifestarme en
relación a las posturas políticas, diversas afortunadamente, de quienes forman,
y espero constituyan, el Frente de los Docentes Universitarios de Los Altos
Mirandinos.
La
sola condición humana y la capacidad profesional que nos hemos procurado, así
como nuestro ejercicio docente, nos acredita, como decía Platón en el zoon
politikón, lo que debería permitirnos
desarrollar la capacidad de relacionarnos políticamente, en donde subyace la
vida en sociedad. Lo anterior, por supuesto, que no cercena en lo absoluto
nuestra capacidad de discernimiento y hasta de oposición a una u otra forma de
pensar, lo que si exige, es exponer de modo cristalino la opción de cómo poder
hacerlo mejor, más allá de la mera critica que cada uno, igualmente, tiene
derecho.
A decir de los expertos en la política, ante una
forma ideológica opuesta, y como parte de la estrategia de hacerse del
gobierno, en tanto fin último de las organizaciones políticas, resulta clave el
convencer a los diferentes y no sólo conformarse en dialogar con quienes nos
resultan afines.
Ahora bien, el ejercicio docente, nos impone el ser
comedidos y al mismo tiempo identificar los espacios de expresión, aún por
encima de la cotidianidad confrontacional en la vivimos los venezolanos. Es
decir, deslindar los espacios según la actividad de la que se trate. Así por
ejemplo: resultaría inoportuna, inoficiosa y hasta indeseable que hablemos a
nuestros aprendientes de problemas personales que nos aquejan, cuando debemos
dirigir una cátedra, lo mismo que hacer de centro conversacional de la
situación de los estudiantes cuando asistimos a una celebración familiar, jolgorio
que nada tiene que ver con nuestra práctica profesional.
Por otra parte cuando nos centramos en nuestras
diferencias, y gracias a Dios las tenemos, sin otro tipo de consideración,
seguramente habremos de reducir el auditorio y nos quedaremos tan solo con
quienes nos son afectos, con lo cual habremos de dilapidar un gran capital y al
mismo tiempo desdeciría de nuestra capacidad profesional para aglutinar a favor
de una causa.
Y es precisamente este el caso del intento por consolidar
el Frente Unificado de los Docentes de los Altos Mirandinos. En ocasiones
previas he procurado, y les juro que no me cansare, en invitarlos a superar la
cortedad de mirar, como dirían los prospectivos, ancho, lejos y profundo, y es
que esta forma de organización como ya fuera enunciado, nos puede generar
múltiples beneficios a todos, sin discriminación alguna.
Ya hemos podido apreciar entre sus virtudes, lo
atinente a lo gremial, que de manera puntual hemos demostrado en el caso de los
compañeros del IUTA-Alto Mirandino, asunto aún por profundizar, pero en otras
áreas nos puede convertir en una alineación de reconocimiento, regional,
nacional y hasta internacional, lo cual se potencia justamente, desde la
diversidad de sus integrantes, tanto en su área de formación como desde la perspectiva
político ideológica.
Esta iniciativa nos brinda un horizonte para el crecimiento
y desarrollo personal y profesional, en lo académico, investigativo, artístico,
deportivo y muchos otros más, lo que sería lastimoso si somos nosotros mismo lo
que demos al traste con todas esas posibilidades.
Es por ello que ya no hago un llamado, sino que
realizo un grito de desespero para procurar que los medios creados para
comunicarnos, bajo la configuración del Frente Unificado de Docentes de los Altos Mirandinos, mantengamos
la debida prudencia, el respeto por el otro y la posibilidad tributar para la
consolidación de esta insipiente iniciativa, por lo que les pido a todos, cuando
deseen exponer críticas al gobierno nacional o regional, y que seguramente cada
quien tendrá, emplee sus propias redes o grupos de amigos que seguramente cada
uno de nosotros poseemos y dejemos las creadas bajo la denominación del Frente UNIFICADO, para asuntos y temas de
interés de todos.
No saboteemos el futuro colectivo que nos
corresponde crear.
@OrestesSalerno
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