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jueves, 23 de marzo de 2017

Qué hacer para volver a ser prósperos

Resultado de imagen para teoría de consumo En escritos previos, he destacado lo grande que se ha convertido el gobierno venezolano, sobre todo cuando contemplamos la cantidad de ministerios y viceministerios, vicepresidencias, misiones y grandes misiones, alto mando, areperas socialistas y para usted de contar.
A lo anterior, es necesario agregar la importante cantidad de empresas, fundos y hatos, además de comercios que han sido expropiados, confiscados y más recientemente ocupados, así como el control que se ejerce en materia de divisas, materia prima, precios y en general de todas las actividades que en una sociedad "normal" se deberían desarrollar.
Lo anterior fue posible, en un inicio, a partir de la renta petrolera, que se ha basado fundamentalmente en la explotación y comercialización de materia prima que no transformamos y que de algún modo se ha procurado mantener, toda vez que no se cambia el modelo económico impuesto a contravía de lo que dispone la constitución, y se centran en la defensa de los precios del barril de petróleo, como que si los consumidores no tienen el mismo derecho de obtener lo que ellos -los compradores- estiman como precio justo por las materias primas, además la explotación de las riquezas que se concentran en el arco minero, para mantener una economía extractiva y no productiva, aunque ello cause un daño irreversible, a decir de los expertos, a la naturaleza.
Indicaba que ese modelo se soportaba en los ingentes ingresos que como país tuvimos, y que fue malbaratado cuando no se realizaron las inversiones debidas, y cuando tales ingresos se dedicaron a importar todo cuanto requeríamos, en desmedro de la producción nacional, con lo cual se generó la caída de la producción nacional y con ella el empleo, los ingresos y el consumo de los venezolanos.
Antes de proseguir, conviene destacar que, en tiempos, que ahora nos parecen remotos, los precios del petróleo registraron precios que oscilaban entre los 4 y 6 dólares, sin registrar la grave crisis por la que atravesamos hoy los venezolanos.
Sin duda, y eso forma parte del discurso oficial, existe la necesidad de invertir para producir, pero ello requiere de condiciones básicas a tales fines y que a decir de los industriales requieren de tres elementos básicos: mercado, infraestructura y ganancia -lucro- sobre lo invertido.
Cuando se considera lo atinente al mercado, se incluye lo que podemos concebir como la aceptación del producto o servicio que se ofrezca, así como la capacidad de consumo que tengan los particulares, en tanto que lo referente a la infraestructura, incluye los dispositivos legales que rijan la actividad industrial, los servicios básicos necesarios -energía eléctrica, carreteras, comunicaciones y más-, además de la seguridad de poder recuperar su inversión -no ser expropiados sin indemnización-, así como poder repatriar los capitales, cuando la inversión proviene del extranjero.
Para atraer inversión, además de generar confianza a los inversionistas, resulta clave generar estímulos o flexibilización de aspectos como en el pago de impuestos y otros más.
Los especialistas indican que cuando una industria dispone de 1.000.000 de dólares, estos son multiplicado por 5, es decir se convierten en 5.000.000 de dólares, toda vez que se genera la transformación de la materia prima en productos acabados como fruto del empleo de la tecnología y el empleo de trabajadores, quienes obtienen un ingreso y con él, pueden adquirir bienes y servicios que otros trabajadores generan, lo que, de acuerdo con la teoría de consumo, se convierte en un circulo virtuoso.
Cuando, por el contrario, se importan productos terminados -CLAPS-, si bien es cierto que momentáneamente se benefician a un grupo, reducido, de familias, no se genera valor agregado, en el país comprador -Venezuela-, aunque si en el país vendedor, pues se estimula la producción y el empleo en ese país, amén del pago de impuestos y otros beneficios aguas abajo.
Esta práctica, que beneficia a las empresas foráneas en estropeo a los nacionales, ha llevado, según cifras de CONINDUSTRIA, a paralizar en un 65% la capacidad del industrial oriundo, con lo que consecuentemente, merma toda posibilidad real de producir.
Así las cosas, resulta clave: 1º disminuir el tamaño del gobierno y su intervención en la economía, 2º impulsar la producción mediante la generación de confianza y la concesión de estímulos y 3º consecuentemente, cambiar el modelo económico, lo que se traduce en necesariamente en el achicamiento del estado en pro del crecimiento de la sociedad civil.
Si no se producen los cambios necesarios, cada día que pasa los venezolanos nos veremos más empobrecidos, nos notaremos menos capaces de adquirir bienes como un vehículo, casa y hasta alimentos, tendremos menos oportunidades y tendremos una sociedad más depauperada.

Un libre pensador

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