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jueves, 11 de diciembre de 2014

A MIS VECINOS DE LA URB. EL BARBECHO



A MIS VECINOS DE LA URB. EL BARBECHO
La solución está en nuestras manos
Hago un alto en mi cotidianidad para reflexionar en relación a la complicada situación por la cual vienen atravesando la Urb. El Barbecho, Los Teques, lo mismo que para intentar compartir algunas propuestas orientadas a superar las dificultades.
La problemática de esta urbanización viene marcada por una gran cantidad de calamidades, destacándose la acumulación de basura y retraso en el servicios de recolección, deficiencia en el alumbrado público y suministro de agua potable, desorden público, sobre todo en horas de la noche, y la inseguridad entre otros males, lo que nos impone, como colectivo, procurarle alternativas de solución.
Sabemos que esta privilegiada urbanización, fundamentalmente está constituida por familias de tradición y en ella residen segundas y terceras generaciones, siendo parte de sus características; la amabilidad de sus habitantes que en ocasiones raya en lo permisivo, pues a ella ingresan, pasean, merodean y hasta pernotan gran cantidad de personas provenientes de otros sectores, que en ocasión, con nuestro consentimiento, cuando los visitantes vienen acompañados por vecinos, llevan a cabo escándalos y hasta actos lascivos, lo cual desmejora nuestra calidad de vida y hasta desdice de nuestra condición de vecinos.
Además de lo anterior y a la vista de todos y todas, el consumo y tráfico de drogas ha venido incrementándose, con lo cual se daña a muchos de nuestros jóvenes, quienes otrora practicaban actividades deportivas con destacadas actuaciones en los Altos Mirandinos, asunto que debemos recuperar para llegar de nuevo a sitiales de honor que antes tuvimos.
Empero, hoy me permito destacar los acontecimientos recientes, aunque no novedosos, pero que se han registrado en un muy corto tiempo, se trata de atraco a mano armada que el martes 09 fuera objeto Emerson Cabrices (Coco) y el del miércoles 10 cuando fue robado el Montecarlo del Prof. Miguel Hurtado, como hace aproximadamente le ocurriera al amigo Gustavo con su Aveo, además de robos a plena luz del día y hasta disparos en presencia de gran cantidad de personas, en tiempo previos.
Si nos preguntáramos: ¿Qué pasa?, una repuesta lógica sería que formamos parte de una país con elevadísimos indicies de criminalidad y delincuencia, sin embargo,  ello en ningún caso, sería la solución de este flagelo que nos azota. Por otra parte, si nos peguntáramos: ¿Qué lo propicia?, podríamos inferir: 1º el libre acceso, 2º la poca o nula vigilancia policial, a pesar de los fulanos cuadrantes, 3º la deficiente luminaria pública y 4º nuestro desdén comunitario.
Con respecto a la interrogante: ¿Qué podemos hacer?, yo me atrevo inicialmente a destacar: 1º dejar de quejarnos tanto y/o murmurar sin procurarle una solución. 2º reconocer que no contamos ni con María, ni con la policía. 3º Unirnos por encima de nuestras diferencia y en relación a nuestras necesidades comunes. 4º restringir el libre acceso, sobre todo en horas nocturnas. 5º procurar, entre nosotros mismos, mejorar la luminaria pública. 6º Estar atentos ante cualquier situación que menoscabe nuestra vecindad. 7º Protegernos mutuamente: todos, toditos todos.
Conforme a lo anterior, paso ahora a detallar lo referido a la restricción del acceso a la urbanización, asunto antes considerado por algunos vecinos (Raya´o y el Prof. Freddy, entre otros), lo mismo que lo atinente a luminaria. En relación a la restricción del acceso, se trata, como antes se ha intentado, en ubicar un portón o reja a la entrada, precisamente en el bloque 6 edificio 1, quedando fuera los comercios a la entrada. Este portón debería cerrarse  aproximadamente a las 6 o 7 de la noche y contar con al menos dos (2) vigilantes que regulen la entrada de vehículos automotor (incluye motos y demás), que posean una identificación para tales fines, como se intentó antes, insisto. Para el caso de los transeúntes, el paso sería absolutamente libre.
Por supuesto que este sistema, es decir; el portón y la vigilancia, debe tener una fuente de financiamiento, que estimo debe ser asumida y sufragada por quienes tenemos vehículos, exigiendo a los vigilantes, el recorrido por la urbanización cada cierto tiempo en el que marcarían varios relojes estratégicamente ubicados para asegurarnos la recorrida. Claro que además de la reja, el servicio de vigilancia debe contar con una garita y los servicios mínimos necesarios, lo mismo que con sistema de comunicación para llamar, en caso de emergencia, a los cuerpos de seguridad, quedando pendiente, determinar el costo total y la cuota a cancelar por vehículo, debiendo contemplar quiénes habrán de llevar esta administración y los procesos de rendición de cuentas.
Si algún vecino, que no posee vehículo, pero que tiene un familiar con vehículo y desea garantizarse el acceso, se le debe determinar una cuota. Posiblemente, de esta renta mensual queden recursos luego de cancelar las obligaciones, las cuales podrían ser empleadas para otras mejoras, como barrido inter-diario o semanal, colocación de cestas para basura, luminaria de la plaza u otros  aspectos propios de la urbanización.
Por otra parte, antes destacaba lo referido a la deficiente luminaria pública,  a lo que me atrevo a sugerir por cada condominio, la ubicación estratégica de al menos dos (2) reflectores que podrían estar conectados a la luz del condominio y así todos estaríamos contribuyendo y dándonos más seguridad.
Las dos (2) propuesta recreadas anteriormente, nos habrán de permitir seguramente: 1º disminución de los índices delictivos en la urbanización, 2º mejora sustancial de la calidad de vida, 3º aprovechamiento de los espacios para estacionamiento y 4º demostración de la capacidad organizativa, lo que nos permitirá abordar otras problemáticas, por sólo referir algunos aspectos puntuales.
Con estas propuestas, lo que procuro destacar es que la solución, sino a todos nuestros males, si para algunos, está al alcance de nuestras manos, sólo nos hace falta un poquito de organización.
Así, creo que llego de trascender al comentario de los acontecimientos indeseados y ponernos a trabajar por el bien de todos.
Por último, te pido que pases esta misiva a otros vecinos e invítalos a incorporarse como parte de la solución.

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